jueves, julio 29, 2010

De no dejar de volar...












Alguna vez yo misma dejé de volar... no hace falta mucho para que tus alas se rompan y para que te quedes encerrada en una jaula sin saber como salir, a pesar de estar la puerta abierta...

Yo, como todas... vine a aprender a volar con un par de alas nuevas... Yo como todas... creía que podría volar cada vez más alto... cada vez más lejos... Yo como todas no tuve miedo de volar... Y volé fuerte, y volé ingenua, y volé hermosa, y volé creyendo que siempre iría más y más alto... más y más lejos...

Y un día gris me desperté tiesa, sola... inmóvil... No supe como me encerré en esa jaula llena de dolor y de lagrimas... no recuerdo si yo solo abrí la puerta y me colé o me incitaron a meterme... Sólo se que un día yo estaba totalmente estática y adolorida... mis alas grandes y rojas dejaron de volar... y me olvidé... Me olvidé de mi pájaro interno, me olvidé del aire sereno, me olvidé de todos esos cielos grandes que abrazaron mi camino y me quedé... Yo quise quedarme enjaulada, me daba miedo mirar afuera, me daba miedo que alguien abriera esa puerta para dejarme salir, porque ya no sabía como volar...

Hasta que un día mi tristeza fue demasiado grande para poder incluso respirar... mi cuerpecito pequeñito y emplumado no podía más de tanto dolor y abrí un poquito mis alas... se movían... me levanté como pude, aferrándome a un recuerdo vago de cielos infinitos y nubes abrigadoras, imágenes borrosas regresaron a mi mente pidiendo despertar y algo dentro renació... me acordé de mi cuando volaba, me acordé que bien se sentía el aire de frente, me acordé de como se sentía la vida por los aires y todo lo que se había desgarrado muy adentro comenzó a sanar...

No es culpa de nadie cuando dejamos de volar más que de nosotras mismas. Es un proceso intímo el dejar de volar, el miedo puede ser nuestro mejor amigo y el olvido nuestro destino. Al quedarnos sin volar tan sólo podemos ver el mundo desde una jaula vacía, donde podemos vivir indefinidamente cobijadas por una absoluta desesperanza que nos paraliza y no nos deja ni parpadear...

El día que volví a volar fue el día que fuí de nuevo... el día que abrí mis alas entumidas... ese día nunca lo voy a olvidar... El primer vuelo después de mi encierro voluntario me dió la libertad y la felicidad se sentía en el viento... volví a ser un poco yo, no toda yo porque no era posible... cuando te pierdes y regresas dejas algo en ese lugar donde estuviste y aún sigo intentado recuperarme del todo... pero hoy puedo volar, y hoy vuelo cada día más alto... de a poquito, con cuidado y deteniendome de tanto en tanto en alguna rama para descansar, para cuidarme... y después de un ratito digo una plegaria antes de abrir otra vez mis alas para continuar.

Se lo que es sufrir abuso y tenerle miedo a un hombre... se lo que significa no reconocerme en el espejo y no poder dejar de llorar... he vivido noches en vela llenas de desesperación y profunda tristeza... se a que sabe una vida llena de vacío y soledad... y se... se hoy más que nunca que yo lo permití... Me he jurado no volver a hacerlo... "Nunca más" como dijo el cuervo.... "Nunca más"...

Escribo esto porque conozco a alguien que se ha olvidado de volar y me duele profundamente ese olvido... quizá me duele mucho más porque yo ya lo viví... si tú que me lees estas encerrada y no sabes como salir... tan sólo abre tus alas... y vete... es más fácil de lo que parece...Vuela!!! nunca dejes de volar!!!


4 comentarios:

Corin@ dijo...

Bello y cierto! Qué bien se siente el aire de frente y se olvida a veces... Gracias por tus palabras!
(Te vi por un posrt de Cara Carmina)

Cara Carmina dijo...

Corina! bienvenida a mi limonero... un abrazo.... y si le atinaste yo soy Cara Carmina... :)

Tatiana dijo...

Un Sueño Maravilloso,
Gracias por ayudarme a estar mejor..
Muchas Gracias Cara ^_^

Cara Carmina dijo...

ojala estes mucho mejor Tatiana... un abrazo