domingo, febrero 10, 2013

Re-sanando el corazón





Hace dos semanas le rompieron el corazón.  Así sin avisar! (que desfachatez!)  Vino a la casa con los cachitos sangrantes entre las manos.  El pobrecito todavía latía... Ella llegó buscando remedio y me quedé con los cachitos sangrantes entre las manos... (pero que desfachatez!)

De primera instancia lo metí en una bolsita... (no se fuera a desparramar y entonces?)  para que estuviera todo juntito.  Latía... lento pero latía...   Y es que aún rotos funcionan.  Una maravilla de verdad!

Ella llore que te llore se sentó solita en un rincón, respirando entrecortado. Parecía dormida pero tenía los ojos abiertos.  Eso pasa cuando le rompen a una el corazón.  No se pueden cerrar los ojos, no se puede comer y no se puede hablar de otra cosa que de la razón por la que se le rompió a una el corazón.  Por días y días se quedó ella ahí.  Mirándome... sin parpadear... y yo la miraba... y yo la escuchaba...

Todos los días por la mañana me levantaba yo a ver si el corazón seguía ahí... dentro de la bolsita... (suspiraba de alivio al ver que no se había muerto...)  Ya no sangraba tanto y hasta me pareció ver que el ritmo de sus latidos subía de intensidad... pero no estaba del todo segura.  Me fuí a comprar pegamento... compré muchos... Y es que hay tanta cosa para pegar un corazón herido, que ya una no sabe ni por dónde empezar y encima no sólo es cuestión de pegarlo de vuelta... hay que re-sanarlo! Por Dios!!!! que sería de nosotros si anduveramos por ahí con el corazón sin re-sanar... A muchos se les olvida este paso y andan por ahí llenos de grietas... esto puede ser altamente peligroso para aquellos que se topan con estas personas de corazones sin re-sano.... Es muy (MUY) recomendable que una vez que usted haya pegado de vuelta un corazón roto, no pase por alto este paso, ya que de lo contrario, no sólo estaría usted vulnerable a que se le rompa de nuevo fácilmente, sino que podría romper otros corazones sin darse cuenta.

Y bueno pues... lo pegué... lo re-sané.... (o por lo menos lo intenté... mire usted que no es cosa fácil)  y se lo puse de vuelta.  Para estos entonces ya había dejado de sangrar la cosa... fue imperceptible pero dejó de sangrar. Ella cerró los ojos en el acto una vez re-insertado el corazón y se durmió.   Dentro de una cubeta me llevé sus lagrimas y las vertí por el balcón.  Ya no supe más de ellas. El proceso tomó 2 semanas.  (Ojo, no siempre se re-sana un corazón en este periodo.  Esto depende del sujeto y del corazón).

Por la mañana de ayer despertó con más color en las mejillas, lo había perdido con todo el númerito y la pobrecita estaba más pálida que un nabo.  Parpadeaba...  Puse la oreja en su pecho.  Latía...    Y bueno... ahora sólo queda esperar.  Esperar a que sane por completo.  Lleva tiempo, si lo sabré yo.

Ella me dió un abrazo fuerte antes de irse, nos miramos a los ojos, los de ella bien abiertos, los mios un tanto adormilados... y partió.   En el abrazo sentí su corazón de nuevo.  Y me regresé a trabajar.



3 comentarios:

Feliponcho dijo...

me pareció genial lo de "esto puede ser altamente peligroso para aquellos que se topan con estas personas de corazones sin re-sano..."

Me gusta tu abuso de puntos suspensivos, me recuerda cosas mias de hace muchos años.

Todavía no sé que es un esparapujo, pero la palabra me da hambre porque me recuerda la mermelada de escaramujos.

Seguiré leyendo por este blog... if you don't mind.

David dijo...

Mas alla de que tengo mi opinión me atrae la forma en la que escribes. Paso mucho tiempo en la web disfrutando de narraciones de aficionados y es lo que mas me gusta hacer en el dia. Tambien trato de crear mis propios textos y por eso escribo mientras almuerzo lo que le pido al delivery las condes

María dijo...

Precioso!!!! Me ha encantado tu pequeño y familiar relato. Muy original, muy auténtico, muy fluido...Precioso! Enhorabuena!