De todos los sirvientes que vivían con nosotros en el castillo, los porteros eran los mas importantes. El castillo contaba con las 20 puertas mas hermosas jamas vistas en ningún otro, eran las Puertas del Amanecer... Todas las puertas se situaban en un corredor muy largo, una tras otra, y cada una era mas grande y bella que la otra. Alguna era de madera tallada, otra de cristal, otra de plata con conchas de mar y así continuaban hasta llegar a la puerta de Bronce de Nicanor, la cual era tan grande que se necesitaban 20 hombres para abrirla.... dicho evento indicaba el nuevo día.
Es por eso que los 20 porteros eran los sirvientes mas importantes del castillo, cada uno vivía junto a su respectiva puerta y al amanecer uno por uno se sumaban para abrirlas una a una. Es por eso que su presencia era la mas importante dentro del castillo, ya que si alguno de ellos faltaba a su trabajo, el amanecer no podría continuar su camino y el día se estancaría en la bruma de la mañana. Una vez que los porteros abrían las 20 puertas del amanecer la reina salía a llorar al mar a través de ellas, ya que eran la única entrada al castillo.
Poco a poco, conforme el dia transcurría, cada una de las puertas del amanecer se iban cerrando gracias a una fuerza mágica, la fuerza del Tramonto. Muy despacito, una tras otra en sentido inverso a como se abrían al amanecer, hasta que al atardecer, cuando el ultimo rayo del sol color verde se veía en el horizonte y brillaba en todo lo alto, todas estaban totalmente cerradas y nadie podía entrar ni salir del castillo hasta el siguiente amanecer.
Una vez al ano mi madrina Remedios venia de visita al castillo, ella era hermana de mi padre y era la única persona que me quería. Cada vez que ella llegaba yo era muy feliz, me hacia sentarme al lado de su cama para escuchar historias impresionantes acerca de su vida. Le gustaba pintarse las unas de las manos y las de los pies de color rojo, a veces incluso me dejaba ayudarla a pintárselas; también se pintaba los labios y el cabello de rojo, era su color favorito. Fue ella la que me regalo mi listón rojo con el que ahora me recojo el cabello, mi mochila viajera y mi cajita de cristal, bueno y muchas otras cosas.
Le gustaba vestirse con plumas y sedas con lentejuelas, usaba un corsé muy apretado y unas medias de seda que según ella solo se conseguían en las tiendas mas caras de la región. Siempre me traía algún regalo hermoso el cual yo guardaba inmediatamente en algún lugar secreto ya que si la reina se enteraba de que mi madrina me daba esos regalos, quien sabe que hubiera pasado.
Mi abuela decía que cuando mi padre se caso con la reina, Remedios se fue. Creo que la reina y mi madrina nunca se entendieron, lo cual no era nada sorprendente siendo ellas tan diferentes. Si alguien algún día les hubiera tomado una fotografía juntas hubiera sido como ver a un cuervo junto a un papagayo. La reina tan seria, tan obscura y callada contrastando inmediatamente con la alegría, la luminosidad y la música que rodeaba a mi madrina. Claro que eso fue cuando mi padre murió, porque antes la reina era casi tan resplandeciente y alegre como mi madrina, bueno, eso decía mi abuela.
Mi madrina creía que los planetas le decían el futuro y por eso siempre traía su telescopio mágico, con el cual todas las noches veía hacia el cielo infinito y hacia anotaciones en su libro de las predicciones. Algunas veces me dejaba mirar a través de su telescopio para ver a mi amiga luna, ella era la única compañia que con la que yo contaba cada vez que mi madrina se iba de mi lado. De cualquier modo su compañía no era segura ya que cuando menguaba y desaparecía yo tenia que esperar a que volviera aparecer en mi ventana para sentirme acompañada una vez mas.
El telescopio era uno de tantos artículos maravillosos que mi madrina cargaba siempre con ella, algunos los había encontrado en lugares remotos, otros fueron regalos de personas importantes y otras eran propiedad de los tesoros reales que a nadie interesaban. El telescopio era una de sus pertenencias mas preciadas y según ella se lo habían mandado por correo a su casa con una nota en la cual se detallaba el modo de usarse y los objetivos del regalo. Ella nunca me dijo quien se lo habia mandado pero lo que si me dijo fue que algun dia no muy lejano yo lo sabria. Mi madrina decía que a veces algunas personas –como ella, claro- contaban con alguien especial en el cielo que las cuidaban y les proporcionaban buena fortuna de maneras inimaginables.
Mi abuela era una viejita muy prudente y buena, nunca se metía en problemas y gracias a ella yo sabia muchas cosas acerca de mi vida, de la de la reina y la de mi padre. Ella era una viejita muy sabia y observadora, de ella aprendí que algunas veces es mejor callar y observar.
A veces el hablar de mas puede meternos en muchos problemas. Y bueno eso como todo lo aprendí a base de haberme metido en muchos problemas. Mi abuela decía que yo era mas necia que una mula... –como si las mulas fueran necias! -pensaba yo-.
La Reina y mi abuela casi nunca platicaban, y cuando lo hacían siempre terminaban muy enojadas y después de eso no se hablaban por semanas enteras. La reina decía que mi abuela solo quería controlar su vida y mi abuela por su parte decía que la reina solo quería controlar la suya. Y así entre las dos controlaban la mía.
Es por eso que los 20 porteros eran los sirvientes mas importantes del castillo, cada uno vivía junto a su respectiva puerta y al amanecer uno por uno se sumaban para abrirlas una a una. Es por eso que su presencia era la mas importante dentro del castillo, ya que si alguno de ellos faltaba a su trabajo, el amanecer no podría continuar su camino y el día se estancaría en la bruma de la mañana. Una vez que los porteros abrían las 20 puertas del amanecer la reina salía a llorar al mar a través de ellas, ya que eran la única entrada al castillo.
Poco a poco, conforme el dia transcurría, cada una de las puertas del amanecer se iban cerrando gracias a una fuerza mágica, la fuerza del Tramonto. Muy despacito, una tras otra en sentido inverso a como se abrían al amanecer, hasta que al atardecer, cuando el ultimo rayo del sol color verde se veía en el horizonte y brillaba en todo lo alto, todas estaban totalmente cerradas y nadie podía entrar ni salir del castillo hasta el siguiente amanecer.
Una vez al ano mi madrina Remedios venia de visita al castillo, ella era hermana de mi padre y era la única persona que me quería. Cada vez que ella llegaba yo era muy feliz, me hacia sentarme al lado de su cama para escuchar historias impresionantes acerca de su vida. Le gustaba pintarse las unas de las manos y las de los pies de color rojo, a veces incluso me dejaba ayudarla a pintárselas; también se pintaba los labios y el cabello de rojo, era su color favorito. Fue ella la que me regalo mi listón rojo con el que ahora me recojo el cabello, mi mochila viajera y mi cajita de cristal, bueno y muchas otras cosas.
Le gustaba vestirse con plumas y sedas con lentejuelas, usaba un corsé muy apretado y unas medias de seda que según ella solo se conseguían en las tiendas mas caras de la región. Siempre me traía algún regalo hermoso el cual yo guardaba inmediatamente en algún lugar secreto ya que si la reina se enteraba de que mi madrina me daba esos regalos, quien sabe que hubiera pasado.
Mi abuela decía que cuando mi padre se caso con la reina, Remedios se fue. Creo que la reina y mi madrina nunca se entendieron, lo cual no era nada sorprendente siendo ellas tan diferentes. Si alguien algún día les hubiera tomado una fotografía juntas hubiera sido como ver a un cuervo junto a un papagayo. La reina tan seria, tan obscura y callada contrastando inmediatamente con la alegría, la luminosidad y la música que rodeaba a mi madrina. Claro que eso fue cuando mi padre murió, porque antes la reina era casi tan resplandeciente y alegre como mi madrina, bueno, eso decía mi abuela.
Mi madrina creía que los planetas le decían el futuro y por eso siempre traía su telescopio mágico, con el cual todas las noches veía hacia el cielo infinito y hacia anotaciones en su libro de las predicciones. Algunas veces me dejaba mirar a través de su telescopio para ver a mi amiga luna, ella era la única compañia que con la que yo contaba cada vez que mi madrina se iba de mi lado. De cualquier modo su compañía no era segura ya que cuando menguaba y desaparecía yo tenia que esperar a que volviera aparecer en mi ventana para sentirme acompañada una vez mas.
El telescopio era uno de tantos artículos maravillosos que mi madrina cargaba siempre con ella, algunos los había encontrado en lugares remotos, otros fueron regalos de personas importantes y otras eran propiedad de los tesoros reales que a nadie interesaban. El telescopio era una de sus pertenencias mas preciadas y según ella se lo habían mandado por correo a su casa con una nota en la cual se detallaba el modo de usarse y los objetivos del regalo. Ella nunca me dijo quien se lo habia mandado pero lo que si me dijo fue que algun dia no muy lejano yo lo sabria. Mi madrina decía que a veces algunas personas –como ella, claro- contaban con alguien especial en el cielo que las cuidaban y les proporcionaban buena fortuna de maneras inimaginables.
Mi abuela era una viejita muy prudente y buena, nunca se metía en problemas y gracias a ella yo sabia muchas cosas acerca de mi vida, de la de la reina y la de mi padre. Ella era una viejita muy sabia y observadora, de ella aprendí que algunas veces es mejor callar y observar.
A veces el hablar de mas puede meternos en muchos problemas. Y bueno eso como todo lo aprendí a base de haberme metido en muchos problemas. Mi abuela decía que yo era mas necia que una mula... –como si las mulas fueran necias! -pensaba yo-.
La Reina y mi abuela casi nunca platicaban, y cuando lo hacían siempre terminaban muy enojadas y después de eso no se hablaban por semanas enteras. La reina decía que mi abuela solo quería controlar su vida y mi abuela por su parte decía que la reina solo quería controlar la suya. Y así entre las dos controlaban la mía.
Autora: La pajara pinta (mexicana)
Fragmento del texto: Mi ventana amarilla
Bueno pues aqui esta el otro pedacito que les queria regalar este dia... Que sonrian mucho hoy todos uds... ese es mi deseo!
8 comentarios:
Que bonito fragmento... La musica me deprime un poco, pero me imagino esas puertas y se me alegra la cara otra vez.
SAludos.
Vaya, sorprendente. No deja usted de sorprenderme (por cierto, cuando hablo o me escribo con alguien americano nunca se cuando usar el usted y cuando usar el tu sin parecerle rudo. Desde que oi aquello de que los españoles "hablamos tan duro" dicho por una compatriota suya de Monterrey...)
En fin, ya veo que ha habido muchos cambios en su vida últimamente, más de los que imaginaba. Nuevas etapas, nuevos planes... Todo se ve más claro despues de probar una buena receta. Se lo dice el Gourmet de Provincias.
gracias linda así lo hare!! ademas hoy es martes de cine alternativo y eso siempre me provoca una sonrisa, y si es acompañada de mis amigos pues mas!!
adio.
Me encanto es tan bello, tan enigmatico, te atrapa desde el primer parrafo...
Saludos XD
Wow, muy lindo tu relato, me recordo un libro de Isabel Allende...
imagine a cada uno de los personajes...
gracias por este regalo
Saludos desde la India.
ps: Si quieres visitarme, aqui estoy, solo escribe..:-)
Bueno, pues a pesar de que por allá igual suene extraño, te trataré de tú, entonces. Felicidades de nuevo por ese texto, que ha sido una sorpresa gratísima.
Que preciosidad de cuento! Qué maravillosa cabecita que es capaz de entender e interpretar el lenguaje de las estrellas!
....... tienes una deuda con todos tus fans............
divina inspiración vuelve pronto!!!!
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